Pescando en los bolsillos de agua
septiembre 2, 2021


Los bolsillos de agua son pequeñas zonas de aguas tranquilas que se crean en segmentos cordilleranos de ríos o esteros de fuerte pendiente donde las aguas chocan o son detenidas momentáneamente por obstáculos naturales. En la mayoría de los casos, tales obstrucciones son rocas de gran tamaño o troncos llevados aguas abajo por eventuales crecidas invernales. En estos pequeños remansos es precisamente donde se ubican las preciadas truchas.
Los bolsillos de agua cubren con creces las necesidades de las arcoiris ofreciendo bajas temperaturas, aguas altamente oxigenadas, disponibilidad de alimento y protección contra los depredadores. Se agrega a ello la dificultad o peligro de acceder a estas aguas, las que menudo son evitadas por los pescadores.
En nuestra Región de Los Ríos existen ríos precordilleranos que reúnen estas condiciones como el Enco, Llanquihue (en Choshuenco), Nilahue y Blanco entre otros.

Técnicas de pesca.

Las técnicas de pesca para estos lugares tan particulares requiere también de estrategias poco usuales, equipo adecuado y una mente dispuesta a la experimentación. La habilidad para pescar será proporcional a la comprensión que se tenga de la corriente, así como la facilidad para adaptar técnicas tradicionales. Este conocimiento de la corriente y la capacidad de adaptación son importantes porque en ciertas ocasiones y bajo ciertas circunstancias estas pequeñas piscinas albergan a los peces que han sabido ganarse ese lugar por competencia o son los más grandes e inteligentes que los peces de los alrededores.
Variables como aguas cálidas o bajas temperaturas (recuerde que la temperatura afecta el metabolismo y la actividad de las truchas), presión de pesca, actividad de los insectos acuáticos o ausencia de ellos así como el instinto migratorio pueden conducir a la trucha (también a salmones) a bolsillos de agua en pequeños grupos o cardúmenes.

Empleo de ninfas y líneas de punta sumergible.

Debido a que estos minúsculos remansos son básicamente pequeños descansos o refugios entre rápidos o aguas blancas, su mosca deberá llegar a fondo lo más rápido posible. Por esta razón, las puntas de líneas sumergibles (sinking tip) deben ser considerados al momento de caracterizar un equipo con estos propósitos.
Este método emplea generalmente una ninfa en línea muerta a la deriva cerca del fondo de la columna de agua usando una caña relativamente larga de 9 pies, (números del 3 al 4 es suficiente) una línea flotante con punta sumergible, un líder de largo moderado a corto (un grosor no inferior a 3x es recomendable), con un peso agregado (split shot) y a veces, con un indicador de pique (strike indicador).

La habilidad para pescar en corrientes de distinto grado de dificultad y profundidad está limitado en la mayoría de los casos, solo por estrategia que adoptará el pescador en la forma de abordar la aproximación a estas aguas y la técnica a emplear.
Personalmente me gusta pescar en estos sitios escogiendo los mejores lugares de descanso para las truchas. Los peces no se estacionan en la corriente más fuerte debido a que el gasto de energía es mayor que la energía aportada por los alimentos allí obtenidos. Incluso en secciones con rápidos de fuerte correntada, siempre habrá áreas que proveen protección casi total contra la fuerza del agua. El pez buscará estos sitios para alimentarse, descansar y lo defenderá fieramente ahuyentando a otros peces a fin de tener el control se ese territorio.
Los pequeños remansos aguas abajo de los grandes obstáculos, permiten que el alimento acarreado por el agua se deposite o arremoline en estos lugares donde la trucha encuentra la cena servida. Una vez explorado el mejor sitio, recorro otros lugares no tan obvios donde con frecuencia aguarda una sorpresa.

Las Moscas.

Bajo estas condiciones, las moscas a emplear con éxito son básicamente imitaciones de ninfas de stonefly o mayflies que buscan aguas ricas en oxígeno. Eventualmente, y depende de la vegetación aledaña, una imitación de mosca seca o adulta será una excelente opción. También una observación del entorno pronto nos dirá que insectos «terrestres» estacionales pueden caer en estos lugares. Por ejemplo: a mediados de noviembre abundan los escarabajos llamados «San Juan» de color café (6-8mm) pero entrado diciembre y principios de enero se hará presente el «San Juan» verde (10-12mm), de vientre blanco y bordes de caparazón dorado los que se extienden a sus patas. Por último, desde mediados de diciembre y por el resto de la temporada, las langostas serán una compañía permanente de las jornadas de pesca que hay que considerar.

Cuando la opción elegida son las imitaciones de ninfas hay que recordar que éstas deben ganar profundidad en el menor tiempo posible por lo que es recomendable lastrar nuestras moscas (emplomándolas) o adicionar cabezas de bronce o tungsteno. Por cierto que una pérdida de control de nuestra mosca (por peso excesivo o demasiado tiempo en iniciar su cobro) también la hará enredarse en ramas, troncos o rocas ocultas al pescador. Es un riesgo que también hay que considerar y para el que hay que estar preparado portando varias moscas del mismo patrón. Huelga decir que las pérdidas de moscas son muy frecuentes y en ocasiones nuestra caja de moscas exhibirá la merma de nuestro arsenal. Entre las ninfas preferidas se encuentran: la Prince, Pheasant Tail, Stonefly en colores gris, crema, café, oliva y negra o bien una combinación de ellos procurando que el vientre sea al menos un tono mas claro que el resto del cuerpo.
En el caso de las moscas secas se encuentran los consabidos escarabajos nombrados precedentemente los que se pueden construir con goma espuma para el abdomen, rafia y/o «Thin skin» para su dorso y caparazón. Unas patas de goma por cierto ayudan a darle vida a este patrón atrayendo la atención de los peces.

El cobro de la pieza.

Las dificultades que presenta este tipo de aguas se extiende al cobro de la trucha en un lecho tapizado de grandes piedras, ramas, troncos y toda suerte de obstáculos ocultos al pescador. Hay que considerar que la trucha fario por su naturaleza tratará de ganar el fondo o «estacionarse» en un sitio que le sea favorable confundiéndose con frecuencia con un enganche o clavada de un palo.
Tampoco se debe pasar por alto al momento de cobrar que, tanto el acceso como el vadeo o simplemente el desplazamiento en estas fuertes aguas ya constituye una dificultad considerable y cualquier maniobra que se realice en el agua incrementa el riesgo de caídas.
Una vez asegurado el pique hay que levantar la caña procurando impedir que el pez se dirija al fondo del río buscando refugio donde con certeza encontrará un alberge que se traduce en un potencial corte del tippet. Luego, hay que ganar un lugar estable y seguro para el pescador que le permita desplazarse aguas arriba o abajo del punto de la clavada.
En este tipo de aguas las orillas generalmente carecen de playas de piedras o arena y la ayuda de una red o «chinguillo» será de mucha utilidad debido a que aunque el agua pueda ser somera, la fuerza de la corriente suele ser muy fuerte, aumentando significativamente el peso del pez, y una lucha excesivamente larga será directamente proporcional al tiempo de su recuperación lo que por cierto podría provocar su muerte.

Seguridad.

Reconociendo que estas aguas son difíciles de transitar, vadear o caminar por ser lugares de acceso generalmente remoto, con grandes obstáculos, con orillas cubiertas de vegetación, enormes rocas o troncos, es recomendable considerar anticipadamente un «Plan B» escogiendo un lugar hacia donde desplazarnos en caso de emergencia o acercar nuestra pieza a la orilla o lugar seguro para su liberación.
La vegetación aledaña con frecuencia llega hasta la ribera y crea un ambiente incómodo para el clásico casteo el puede ser reemplazado por un roll cast o por la práctica del back cast (lanzamiento mirando atrás).
Una simple caída en ese ambiente difícil puede transformarse en un incómodo chapuzón, un adolorido recuerdo con hematomas … o en una tragedia.
La compañía de un compañero de pesca brinda un grado mayor de seguridad o confianza y al menos se tendrá la certeza de ayuda. Un chaleco o dispositivo inflable contribuye a la flotabilidad del pescador aumentando las posibilidades de salir airoso de una caída.
Finalmente queda agregar que el vadeo en este tipo de aguas solo es recomendable en lugares de poca corriente y en el mejor de los casos un bastón (un humilde colihüe o palo) será un punto de apoyo extra que garantizará un cruce del caudal a mejores sitios de pesca ……o de un seguro retorno a casa.

Texto, fotografías e ilustración: Luis Vásquez G.
Socio del Club de Pesca Ríos del Sur – Valdivia.


Valdivia, Chile