Rio San Pedro
septiembre 2, 2021

El Río San Pedro figura entre uno de los ríos de los mas hermosos de Chile y el curso navegable mas importante del país. Con un largo de 82 kilómetros, nace en el desagüe del Lago Riñihue (a una altura de 115m. s. n. m.) y su orografía está condicionada por el variado relieve que cruza destino al mar, de Este a Oeste.


FISONOMÍA

El San Pedro es portador de las aguas provenientes de los lagos Lacar (Argentina), uq se conecta a través del Río Pirehueico al Lago Pirehueico, luego, a través del Río Fuy, (el que también recibe las aguas del Lago Neltume), vacía sus aguas al Lago Panguipulli con el nombre de Río Llanquihue. El Lago Panguipulli (que a su vez recibe las aguas de los lagos Pellaifa, Calafquén y Pullinque) descarga sus aguas al Lago Riñihue a través el Río Enco.

Esta diversidad de fuentes sumado al régimen pluvial provee al río San Pedro de un caudal medio de 365metros cúbicos por segundo, con un máximo de 701m³/s en invierno (junio) y140 m³/s en verano (marzo). Si se considera la longitud desde el lago Lacar hasta su desembocadura mide 200 km.

No puede mencionarse el río San Pedro sin recordar que en el 22 de marzo de 1960, como consecuencia del terremoto y maremoto más grande registrado en la historia (9,5 grados en la escala Richter), el paso del río fue bloqueado en tres puntos de su recorrido por el desmoronamiento de cerros que flanquean su curso. Tales bloqueos o «tacos» hicieron que el agua del lago Riñihue subiera 15 metros sobre su cota normal. Cada metro que subía el nivel del lago correspondía a 20 millones de metros cúbicos, por lo que cuando el lago se rebalsase al superar el tercer y último tapón de 24 m de altura, tendría más de 4.800 millones de metros cúbicos que bajarían por el río San Pedro con un caudal de más de 3.000 m³/s.

La oportuna intervención técnica y humana permitió evitar una tragedia de proporciones dantescas pues al haberse liberado el agua contenida en forma natural el aluvión hubiese arrasado con todos los pueblos ribereños incluida la ciudad de Valdivia en un lapso de 5 horas.


Ese espectro de destrucción se suma a un suceso similar el 16 de septiembre de 1575, en que un gran terremoto provocó el derrumbe de un cerro que taponó el río y que cedió en abril de 1576 (7 mese mas tarde) destruyendo el valle del San Pedro que por entonces no registraba asentamientos humanos. Ambos sucesos permanecen en la memoria colectiva de los habitantes de la región quienes miran con desconfianza la próxima construcción de una represa de 46 metros de altura (llamada eufemísticamente «central de paso») con el propósito de generar energía hidroeléctrica.


En su parte alta el río escurre por angostos desfiladeros y fuerte pendiente flanqueado por cerros hasta el sector del Puente Malihue, con un ancho promedio de 50 metros.
En su parte media alta, en el tramo Santa Helena – Balseo San Pedro el río escurre por valles más planos y abiertos los que aminoran su velocidad.
Su parte media baja, desde la ciudad de Los Lagos hasta Valdivia el río se vuelve mas lento y gentil con anchos que sobrepasan los 100 metros con rápidos, remansos y sectores bajos y vadeables y que permite la navegación de pequeños botes y lanchas ligeras.

El tramo desde Valdivia hasta la localidad de Niebla el río se ve fuertemente afectado por las mareas que muestran su influencia hasta 20 km aguas arriba de la capital regional desde donde adquiere un carácter de río navegable por embarcaciones mayores.

AFLUENTES. Con una hoya hidrográfica de 9.900 Km, cuadrados, los afluentes mas importantes del río San Pedro son: el Río Malihue, Río Quinchilca (a 4 kilómetros al oriente de la ciudad de Los Lagos), Río Collilelfu en la ciudad de Los Lagos, el Río Cruces frente a la ciudad de Valdivia, Río Estancilla, Río Cutipay a los que se suman el río Futa y Tornagaleones en la Bahía de Corral.

POBLACION. En las riberas del río San Pedro existen numerosos poblados y asentamientos aislados que otorgan una dinámica muy particular de uso y usufructo del cuerpo de agua. Los más importantes son: la ciudad de Los Lagos, Antilhue, Pishuinco, Huellelhue y Valdivia.


Tal vez resulta curioso, pero el río San Pedro posee tres nombres que con frecuencia llama a confusión. Desde el lago Riñihue hasta la localidad de Arique se llama San Pedro, de allí en adelante su nombre es Calle-calle (mapudungún: Abundancia de flores) el que conservará hasta la confluencia del Río Cruces donde cambiará a Río Valdivia hasta su encuentro con el mar.

BIOLOGÍA ASOCIADA

FLORA. La flora nativa que bordea sus riberas es representativa del bosque valdiviano con abundancia de Coihue, Tepa, Lingue, Ulmo, Roble, Laurel, Olivillo, Arrayán y Luma. Es notable que en los sectores escarpados o de difícil acceso se observa la frondosidad y variedad de nuestra flora asociada a apetecidos frutos de arbustos como la Murta (Ugni molinae), o el tallo de enormes Nalcas o Pangue (Gunnera tinctoria).

FAUNA. La fauna nativa presente en el tramo alto y medio-alto (los sectores más inaccesibles) está representada por el Pudú, Puma, Zorro, Monito del monte y en los sectores de menor pendiente y pajonales el Coipo. Por su parte, la fauna exótica está representada por la Liebre europea, Visón y Jabalí.

FAUNA BENTÓNICA. Los macroinvertebrados más importantes presentes en el río San Pedro son las ephemerópteras (efímeras), trichopteras, plecópteras y dípteros.
La variedad y abundancia de estas especies se debe a la gran masa arbórea nativa y la gran calidad del agua que se suma a la diversidad de fuentes de agua.
La abundante presencia de cangrejo llamado Pancora de Agua Dulce (Aegla abtao) es una valiosa e importante fuente de alimentos que permite sostener una saludable población de peces.



ICTIOFAUNA. En la cuenca del Río San Pedro se ha contabilizado 12 especies nativas aparte de las especies introducidas las que se destacan las más importantes.
Nativas: Percatrucha, Pejerrey chileno, Puye, Galaxias, Pocha, Bagres y Carmelita.
Introducidas o Exóticas: Trucha arcoiris, Trucha Fario o Café, Salmón Chinook, Salmón del Atlántico, Pejerrey Argentino y Carpa.

DE LA PESCA:

Durante muchos años se ha asociado la pesca en el Río San Pedro con la pesca embarcada o «bajadas» en la modalidad de arrastre o «trolling» empleando botes y señuelos de distinta acción y naturaleza. Lamentablemente esta práctica con frecuencia está asociada a pescadores y boteros inescrupulosos tanto locales como de otras procedencias que venden el producto de esta acción ilegal a «respetables» establecimientos gastronómicos de pueblos aledaños.
Así, aunque la pesca ha experimentado un deterioro en su calidad y cantidad, la generosidad del Río San Pedro mantiene una población muy atractiva de salmonídeos que bajo una fiscalización elemental podría desarrollar su gran potencial.
La fisonomía del río, sumada a la gran calidad de sus aguas y entomofauna asociada, es un paraíso para la práctica de todas las variedades posibles de la pesca con mosca.

En los profundos remansos que se alternan con los rápidos en su tramo inicial, se agregan suaves correntadas y contracorrentadas (llamadas localmente»mareas») en su tramo medio, alternadas con aguas blancas muy oxigenadas en sectores vadeables. Finalmente el río presenta en algunos sectores calmos o abrigados, algunas características propias de lagunas con una fuerte presencia de truchas fario o marrones en riberas pobladas de juncos aguardando las numerosas eclosiones de caddis en el crepúsculo.
Las facilidades de desplazamiento que permite el río mediante el empleo de embarcaciones a remo o motor es una cualidad que todo pescador aprecia para acceder a lugares que desde tierra resultar a veces imposible.
Si bien para los pescadores de mosca la práctica de la pesca de arrastre no es una opción válida, permite posicionarse el los lugares de privilegio con resultados que a veces supera toda expectativa.

Las capturas con frecuencia sorprenden tanto por su fortaleza como por su tamaño y la variedad de hábitats asegura una variedad de peces difícil de encontrar en un solo río.



AMENAZAS.

El interés insaciable de las generadoras eléctricas por exprimir los cursos libres de agua auguran sombríos días para la libertad de nuestro emblemático río y a la fecha se encuentran en ejecución las obras civiles destinadas a represarlo. Los temores de quienes han visto en la ejecución de las obras daños permanentes o transitorios se han visto confirmados por las numerosas infracciones cursadas a las empresas que llevan adelante las obras por irregularidades de diverso orden entre los que se encuentran derrames de combustible. Tales hechos echan una sombra de duda respecto al compromiso de las empresas generadoras con el río en particular y el medioambiente en general.

La única forma de mitigar los funestos resultados de esta indeseable intervención cada vez que se produzcan es a través de denuncias a los medios de opinión pública, Corema, Coname, Carabineros de Chile, Sag, etc.
Por otro lado, los cada vez más numerosos parcelamientos de otrora fundos y predios agrícolas ribereños aumentan la densidad humana que a la larga podrá tener dos efectos indeseados: 1.- usar el río como letrina y colector de deshechos tanto domésticos o industriales afectando la calidad de sus aguas y 2.- Limitar el relativamente libre acceso a sus riberas que pasará a formar parte de «propiedad privada».


La nueva Ley de Pesca recreativa tampoco ha contribuido a aclarar el tema de los lugares afectos a concesiones o de protección debido a procedimientos incluídos en la misma ley que obliga a formar órganos multisectoriales que relacionan entes comunitarios, administrativos etc.

Existe consenso entre los pescadores que frente a todos los elementos negativos que atentan contra la calidad de sus aguas, navegabilidad, belleza y pesca deben ante ponerse acciones no menos drásticas que incluye le efectiva fiscalización de Sernapesca, Carabineros y Armada. La denuncia ante estos organismos puede y debe ser hecha por los mismos pescadores o visitantes del río. Las razones o causas pueden fundamentarse en la pesca con elementos prohibidos (redes, arpones, espineles), pesca en períodos de veda (entre el primer domingo de mayo y el segundo viernes de noviembre), pesca excesiva etc. Lamentablemente por la abúlica actitud tanto de los organismos legislativos o administrativos del Estado, las soluciones a los problemas planteados no caerán del cielo, por tanto solo será posible revertir las situaciones planteadas con una activa participación de quienes les interese realmente la vida de nuestro río.


Luis Vásquez González
Socio, Club de Pesca Ríos del Sur.


Valdivia, Chile